Para el encuentro y el reencuentro. Análisis, reflexión y debate de temas sociales, políticos y culturales. Donde la poesía y la crítica conviven al ser presentadas con el sabor del fundamento.

miércoles, 29 de agosto de 2012

... y aparte




Lo vivimos,lo soltamos y avanzamos. 


Quizás ese sea uno de los recorrido que nos lleve al punto cero de nuestro autentico proceder y porvenir. 


Supe de las nuevas confabulaciones del universo por mi propia "Operación descarte", la cual  me ayudó a comprender y sintetizar  lo más relevante de la historia de una vida terrenal sepultada entre escombros murmullosos, polvo cósmico y algunos  baños de olvido selectivo. 


Las múltiples caras de la vida son las que nos dan la sensación de que algo estuvo, está y estará "bien" o "mal".

¿Cuántas caras tiene su vida? La mía cuatro. Sí, cuatro. Una que me dice que todo estará bajo control, otra que insiste en complicarlo todo, y la que dice sentirse extrañada y vulnerable por aquello que ha dejado de ser. Pero la cuarta, ¡vaya que es mi favorita!,es la que me dice "Mejor pon ... y aparte" -es como el sexto sentido femenino- me habla de fantasías y déjà vues que van reconstruyendo encuentros  que se escabullan en los pliegues, aberturas y comisuras de una boca que me grita secretos y me narra nuevas situaciones. 

De esa manera lo vivo, lo suelto y avanzo. Aunque debo confesar que muchas veces es mejor cuando nos dejamos guiar por la cuarta cara  que nos muestra la vida. Después del " y aparte" lo demás viene por añadidura.


Autora: América Parés F.

viernes, 24 de agosto de 2012



 Darte un nombre 

En un principio darle un nombre a lo innombrable fue la parte más sencilla. 
¡Claro que hay diccionarios para escoger nombres!, pero la frase que nunca dijiste fue sutilmente escabullida entre gestos y eso le dio vida a un nombre que mis labios proclamaron con insistencia.

Un pliegue que se desdibuja es como la  huella corrediza e infinita. Quizás ayudó el hecho de saber que estarías y que no te irás, porque así somos. Seres humanos persistentes, y no conformes con ello nos empecinamos en darle a todo un nombre para nuestro convivir emocional. Andamos impregnados de kilómetros de vida sin recorrer y buscamos el modo de viajar a la velocidad de las transformaciones y las revoluciones internas, en lo que parece ser una curva vertiginosa semejante a la de las montañas rusas.

No obstante, subí y bajé, pero no te encontré. Ahora debo darte un nuevo nombre para poder llamarte. No he tenido suerte, aun no lo encuentro. Necesito un nombre que me recuerde los sonidos, las figuras y algunos otros sentires. Decidí buscarlo en clasificados de prensa, en los suburbios de la cuidad y en el sonido que me trae el mar. No estaba ni el rastro del tuyo. Y como sé que no te gustan las combinaciones, no trataré de entremezclar tu  nombre con un trozo de otro.
Voy a colgar de las alturas mis manos para que la brisa se encargue.
Espero lo haga... y pronto, porque quiero llamarte.

Construiré un sueño que aún no he soñado de verdad.
Llamarte por tu nombre a secas no es lo que quiero.  Así que si te quedas te daré un buen nombre. 


Autora: América Parés F.

lunes, 20 de agosto de 2012

Secuestrarte la mirada
A resumidas cuentas hoy puedo decirte, mi querido amigo, que cada día se hace más insoportable y detestable cuando las noches han pasado de ser el íntimo anhelo del descanso a un ciclo redundante de bullicio, atrofiado de sonidos que acaban por ser espasmos ensordecedores. Hoy las ventanas vibran, rechinan y el sonido golpea con su rebote máximo para encender las alarmas de los carros.
Volver a casa para andar libre de cinturones y tacones es un privilegio entre los que disfruto, además con la plácida comodidad que me da el tener mis pies al desnudos.
Si tu mirada me busca entre noches turbias de sonidos vibrantes, no temas, el ocaso de mi voz te dirá que serás secuestrado sin importa la música ni las alarmas ni las abundantes voces que puedas oír.
Todavía hay tiempo y la noche apenas comienza.




Autora: América Parés F.

viernes, 17 de agosto de 2012

El último de los combates

Se aproxima la mujer que lo lleva en las entrañas,
Se encamina el niño que lucha por su destino,
Viene sollozando por los caminos, 
Confundido por los estallidos.

Siente frío, siente hambre.
Siente descuido.
Confundido viene el niño desde aquel vientre,
Toma un respiro para salir con buen grito,
Ella muere, pero él VIVE.
Entre refugios ha de VIVIR aquel pequeño niño.

Ahora el polvo nubla su mirada 
y se cuestiona de lo sucedido.
Los últimos años ha soportado los fuertes ruidos. 
Batalla en su último combate
Para ganarse el derecho a la VIDA
Entre la guerra que se desata 
Con los verdaderos enemigos.


Autora: América Parés F.   





Cerrar los ojos para poder ver 


Cantar, bailar, soñar. 
Un ensayo permanente que se deslinda de todo prejuicio y se arrincona en las virtudes que disfrutamos en lo más íntimo del ser. Mover al cuerpo y dejarse estremecer por las vibraciones de otro cuerpo parece tarea sencilla cuando se tiene la pareja ideal, pero ser lo que se espera no siempre lo es. Sumergir las manos en los bolsillos para evitar el frío es mero relejo de lo que ocurre en nuestro organismo por estímulo natural y recurrente. 

Si pasamos la vida soñando despiertos y fantaseando con todo aquello que se nos parezca a nuestro deseo, entonces es también cosa natural que queramos cerrar unos minutos las compuertas del alma para alimentar el goce de ver y sentir aquello que se nos presenta de modo sensorial. A juicio (sin verdadero derecho) de extraños saboteadores se hacen comunes los murmullos, colados por el  recelo de lo que  ellos se limitan. 

Puedo verte andar sin que lo sientas, puedo oírte hablar sin que lo notes, puedo seguir tus pasos aunque ya no importe porque basta con cerrar los ojos.


Autora: América Parés F. 
Estela galáctica

Hay campos perfumados a miel que solo existen en el territorio del deseo, cuya flamante estela solo es elevada al máximo esplendor por el brillo de la acuarela salpicante que inunda las cortinas del amor.
Enigmática es la que nunca envejece y permanece intacta al filo de las ganas. Esa es la flor, que en una noche galáctica, el niño Principito dio su aliento con la promesa de regresar.

Pronto llegará el día en que los tiempos transcurran menos rápido para apreciar una coloración armónica con la madre Tierra, la misma que ya tiene centenares de calendarios enferma.
"Felices" y perturbados son los trotamundos que se orientan por las manecillas del reloj. Pobre del que finge vivir mucho y se intoxica con sandeces.

 Antes  de la estela galáctica que nos arropa se encuentra también un cielo infinito de posibilidades. Algunos filósofos y poetas hablan de las mil y un puertas que se acompañan por los cerrojos indicados. Esperar a que se abran es una opción, pero otros tantos osados aventureros, quienes observaron cuidadosamente tras las rendijas y probaron todo tipo de acción, dicen que parece tratarse de una simple combinación de encuadres para ver detrás de ellas y así poder entrar en la particular galaxia.


Autora: América Parés. F.